A diferencia de "El portugués" de la semana anterior esta obra carece de centro, tiene una estructura lineal y los espacios que posee no son tan continuos como la obra de Braque. Todas estas diferencias confieren al dibujo de una sensación de movimiento único.
Para la elaboración de esta obra, el jueves, realizamos en primer lugar un dibujo de apunte del cuadro original y más tarde, apunte en mano, nos dedicamos a intentar llegar a la mejor aproximación posible de ella. Comenzamos trazando las lineas principales y más representativas de la obra, las que la dotan de movimiento y vitalidad.
Estas son las pocas imágenes que tengo del proceso y el resultado final, que, como siempre, no debería de calificarlo de final ya que nunca me da tiempo a terminar bien los dibujos y perfeccionarlos como querría:
El viernes continuamos con la obra de Duchamp, trabajando en apaisado y completando nosotros lo que quedaba de espacio en el papel dotando a nuestro nuevo dibujo de aún más movimiento. En mi caso opté por descomponer aún más la zona izquierda de la famosa obra, que hacia ese sentido se iba tornando aún más cubista. El objetivo era intentar plasmar el mayor movimiento posible, el cual también debíamos poseer nosotros durante su elaboración. A simple vista parece algo sencillo e incluso divertido, pero intentar sacar lo mejor de nosotros y a la vez estar aprendiendo no es nada fácil y cuesta muchísimo esfuerzo y concentración que últimamente se respira un poco más en clase.
Este es mi trabajo del viernes:






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