La semana pasada llegamos justo al ecuador del curso: hace dos meses que empezamos las clases y faltan dos para terminarlas. Esta primera mitad la hemos empleado para conocer la pintura, tener un primer contacto con ella y con el papel. La creación necesita tiempo (algo quizás que durante los años de la carrera escasea) y por ello la voluntad de estas clases ha sido de quietud pero también de trabajo.Las dos siguientes partes en las que se dividen el curso estarán orientadas al dibujo de apunte (orientado al arquitecto) y al dibujo como forma de habitar lugares.
El jueves trabajamos con el fondo y la profundidad la cual permite que nos adentremos en el interior de la obra. Para ello partimos de la base de esta obra en la que la combinación de colores fríos y cálidos, así como la posición de ciertas figuras geométricas junto con el elemento clave de la semana, la transparencia (entender algo es ver transparente según Burgaleta), crean en él diferentes capas y volúmenes.
La imagen, claramente, supone para el espectador un lugar de inmersión en el que el juego de la luz adquiere un gran protagonismo. Esta obra en concreto está a caballo entre el arte abstracto y el figurativo puesto que posee una característica distintiva de ambos: esta pintura tiene centro y las abstractas no. Es este centro el que hace de embudo en la imagen, creando así una especie de espiral en su interior.
Pues bien, para intentar hacer una aproximación del espíritu de la obra nos interesa la puesta en marcha del procedimiento y para nosotros no es otro que TANTEAR: hacer y deshacer.
Y ésta fue, finalmente, mi mejor aproximación:
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